Prevención de riesgos ergonómicos en la construcción

El sector de la construcción se caracteriza por ser uno de los más propensos a la aparición de trastornos musculoesqueléticos, dada la gran cantidad de tareas exigentes y físicamente demandantes que los profesionales deben llevar a cabo diariamente. Tanto es así que los sobreesfuerzos constituyen la primera causa de baja en el sector, representando alrededor del 35% del total. 

Para garantizar la seguridad y el bienestar de los trabajadores, es fundamental identificar y evaluar correctamente los factores de riesgo ergonómicos asociados a cada puesto de trabajo y aplicar las acciones de mejora oportunas para mitigarlos. En este artículo exploraremos cuáles son estos riesgos y cómo se puede llevar a cabo una buena estrategia de prevención. 

 

Riesgos ergonómicos en la construcción: ¿Qué son y por qué es importante prevenirlos?

Los riesgos ergonómicos laborales son cualquier elemento susceptible de causar lesiones o problemas de salud como resultado de la interacción inadecuada entre la persona y el trabajo que lleva a cabo.

En el ámbito de la construcción, existen multitud de factores de riesgos ergonómicos directamente relacionados con las características del entorno laboral y las tareas específicas que se realizan, así como con las características propias de los trabajadores. En este sentido, el envejecimiento generalizado de la fuerza laboral del sector tiene un efecto directo, ya  que merma de las capacidades físicas y sensoriales y aumenta el riesgo de TME.

 

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Principales factores de riesgo ergonómicos en el sector de la construcción

 

Posturas forzadas

Se trata de posiciones corporales que privan a los trabajadores de estar en una posición neutra, natural y de confort y afectan especialmente a tres zonas: hombros-cuello, manos-muñeca y brazos-codos. Incluyen posiciones físicas o restringidas del cuerpo, sobrecargas desequilibradas y posiciones estáticas.

 

Manejo manual de cargas (MMC)

Se entiende por MMC cualquier operación de transporte o sujeción de una carga que requiera de algún grado de esfuerzo humano. Entre ellas se incluyen levantamientos, empujes, arrastres  o transportes

 

Tareas repetitivas

Los movimientos repetitivos son todas aquellas acciones de tipo reiterativo que implican realizar esfuerzos o movimientos rápidos de pequeños grupos musculares y que, generalmente, van acompañadas de una falta de una recuperación muscular adecuada. 

 

Manejo de herramientas y equipos

El uso prolongado de herramientas o equipos que no están adaptados a las características de los trabajadores y pesan demasiado puede causar fatiga y lesiones. 

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Manejo de maquinaria

El uso de maquinaria pesada puede generar vibraciones y posturas incómodas, lo que aumenta el riesgo de lesiones. 

 

Orden y limpieza

Un entorno de trabajo desordenado puede aumentar el riesgo de accidentes y lesiones, destacando los resbalones y tropiezos y las posturas forzadas derivadas de no poder usar correctamente los carros de transporte. 

 

Condiciones ambientales

Las condiciones extremas de temperatura, humedad, ruido o iluminación inadecuada pueden afectar la salud y el bienestar de los trabajadores. Concretamente, la exposición a calor extremo es uno de los  factores de riesgo más destacados.

 

Riesgos ergonómicos en función del puesto de trabajo

 

Albañil

  • Posturas forzadas, especialmente de la espalda y los brazos, al realizar mezclas del material, coger el cemento con la paleta o colocar ladrillos. 
  • Manejo manual de cargas, por ejemplo, al levantar y transportar sacos pesados que suelen reposar a nivel del suelo. 
  • Aplicación de fuerzas intensas localizadas especialmente en las manos al partir ladrillos para recortarlos o ajustarlos. 

 

Encofrador

  • Posturas forzadas en las manos y muñecas asociadas al manejo de herramientas manuales y en las piernas por la ejecución de tareas en cuclillas. 
  • Manejo manual de cargas para el levantamiento y transporte de tableros, paneles y puntales, que suelen requerir la aplicación de altos niveles de fuerza. 
  • Trabajo sobre superficies inestables como escaleras. 

 

Ferrallista

  • Posturas forzadas de tronco y brazos, ya que el plano de trabajo suele encontrarse a nivel del suelo, por ejemplo, en la colocación de los estribos.
  • Manipulación manual de cargas, especialmente levantamiento y transporte de barras de metal pesadas. 
  • Movimientos repetitivos derivados del uso de herramientas manuales. Destaca especialmente el giro y flexión de las muñecas al atar el alambre a las barras. 

 

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Caravistero / Tabiquero de interiores

  • Aplicación de fuerzas intensas con brazos y manos, especialmente para realizar las mezclas de mortero.
  • Manipulación manual de cargas en tareas como el levantamiento y transporte de sacos de mezclas y el levantamiento y colocación de bloques de ladrillos.
  • Posturas forzadas en todo el cuerpo al trabajar en espacios reducidos, flexionar repetidamente la espalda y los brazos en la colocación de ladrillos y girar tronco, cuello y muñecas para coger pasta con la paleta y colocarla en la pared.

 

Solador / Alicatador

  • Posturas forzadas del tronco y de las piernas, ya que la mayor parte del trabajo se realiza de cuclillas o de rodillas a nivel de suelo. 
  • Manejo de cargas pesadas generalmente con agarre deficiente, como baldosas. 
  • Altos niveles de ruido provocados por el uso de herramientas eléctricas de corte en espacios cerrados.

 

Yesista

  • Posturas forzadas como la extensión de cuello y flexión de brazos presente en el enlucido de techos.
  • Movimientos repetitivos asimétricos como la inclinación lateral de tronco.
  • Aplicación de fuerzas intensas al realizar las mezclas y por el uso de herramientas manuales como llanas y talochas cargadas con yeso.

 

Escayolista

  • Posturas forzadas de flexión de brazos y extensión del cuello al ser el techo el principal plano de trabajo. Especialmente delicadas son las posturas derivadas de alcances difíciles como colocar las fijaciones de falsos techos.
  • Aplicación de fuerzas intensas asociadas al serrado de placas, ajuste de barras metálicas y realización de agujeros en bovedillas.
  • Manipulación manual de cargas, especialmente placas de yeso voluminosas y pesadas con difícil agarre.

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Recomendaciones ergonómicas para la prevención de riesgos laborales en el sector de la construcción

Existen una serie de buenas prácticas que ayudan a reducirlos diferentes factores de riesgos ergonómicos en la construcción.

  • Posturas forzadas: conviene rotar puestos de trabajo y tareas, realizar pausas, regular la altura de trabajo, evitar posturas a ras de suelo y, si son inevitables, tratar de hacerlas en sedestación.
  • Manipulación manual de cargas: es fundamental utilizar las técnicas de manejo correctas, planificar los levantamientos y contar con ayudas mecánicas cuando sea necesario.
  • Tareas repetitivas: se recomienda usar herramientas eléctricas siempre que sea posible, implementar pausas activas y rotar las tareas para reducir la carga sobre una misma parte del cuerpo. 
  • Manejo de equipos: es esencial contar con herramientas ergonómicas, que estén en buenas condiciones y sean ajustables.
  • Orden y limpieza: conviene asignar una área para los deshechos y organizar el trabajo de forma que se disponga de tiempo para ordenar y limpiar.
  • Condiciones ambientales: se aconseja organizar el horario de trabajo en base a la climatología, usar ropa adecuada a cada época del año, contar con los equipos de protección oportunos y realizar descansos.

 

Cómo te ayuda Ergo/IBV en la evaluación de puestos de trabajo de la construcción

La materialización de riesgos laborales tiene importantes consecuencias no solo para la salud de los trabajadores, sino también para la productividad de la empresa

Por ello, es fundamental contar con una buena estrategia preventiva que cubra los siguientes puntos:

  • Evaluación de riesgos.
  • (Re)diseño de procesos.
  • Capacitación.
  • Rotación de tareas.
  • Implementación de descansos.
  • Monitorización.

Un software de evaluación de riesgos laborales como Ergo/IBV puede ser tu gran aliado en todo este proceso ya que permite agilizar los procesos de evaluación, emplear las combinaciones de métodos y normas más adecuadas para obtener el nivel de riesgo de cada tarea y generar informes de forma rápida. Todo ello se traduce en una estandarización de los procesos, una notable mejora de la productividad y una reducción de los riesgos ergonómicos en la construcción.

 

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