Claves de la prevención de riesgos laborales en el sector textil

La prevención de riesgos laborales en el sector textil plantea desafíos significativos en términos de salud ocupacional, dada la gran variedad de tareas de naturaleza distinta y la complejidad de los procesos productivos de esta industria.

En este artículo incidiremos sobre todo en los riesgos ergonómicos y cómo varían significativamente con factores como la edad y el género. Además, se proponen recomendaciones efectivas para mitigarlos con el objetivo de contribuir a la creación de un ambiente laboral más seguro y productivo.

Prevención de riesgos laborales en el sector textil

El sector textil se caracteriza por abarcar una amplia gama de actividades, desde la producción de hilos y tejidos hasta la fase final de confección de prendas. Cada una de estas etapas lleva consigo riesgos específicos que pueden poner en peligro la salud de los trabajadores. 

En este contexto, una adecuada prevención de riesgos laborales se convierte en una pieza clave, ya que permite identificar y evaluar estos riesgos, implementar las medidas preventivas adecuadas para mitigarlos y reducir el número de bajas laborales creando un ambiente de trabajo más seguro. 

En concreto, los riesgos pueden clasificarse en 4 categorías principales:

  • Riesgos de seguridad: engloba las caídas al mismo nivel y a distinto nivel, golpes y choques, atrapamientos, cortes y amputaciones, riesgos eléctricos e incendios.
  • Riesgos higiénicos: fundamentalmente, comprende la exposición a sustancias químicas potencialmente nocivas y a altos niveles de ruido.
  • Riesgos psicosociales: tales como la carga excesiva de trabajo, la monotonía o la falta de apoyo social.
  • Riesgos ergonómicos: destacan los derivados de manipulación manual de cargas, movimientos repetitivos, aplicación de fuerzas y posturas forzadas.

Principales riesgos ergonómicos en el sector textil

En este artículo nos enfocamos en la evaluación de riesgos ergonómicos, cada vez más atendidos por las empresas textiles por su indudable incidencia en la salud de los trabajadores. 

De hecho, su materialización suele derivar en la aparición de trastornos musculoesqueléticos (TME), que abarcan desde ligeras molestias hasta patologías graves o crónicas de difícil recuperación. Estos trastornos no sólo constituyen la primera causa de baja laboral del sector, sino que también son la principal causa de discapacidad a nivel mundial. 

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Como ya hemos adelantado, dentro de esta categoría existen cuatro factores de riesgo ergonómico con especial incidencia en el sector textil: 

  1. Manipulación manual de cargas. Es una tarea común en el sector textil y una de las principales causas de TME en la zona de la espalda. Se da, por ejemplo, en el transporte de materia prima, productos acabados o desechos, durante la colocación o retirada de material en ciertas máquinas (como rollos de hilo, bobinas o tejido), o en el momento de la paletización del producto terminado.
  2. Movimientos repetitivos. Acciones como coger, girar, empujar, cortar, colocar o accionar están muy presentes en la industria textil, especialmente en tareas como el cosido, el remallado, la reparación de tejidos o el plegado y empaquetado de prendas confeccionadas. Esta reiteración de un mismo movimiento puede generar la sobrecarga de músculos, articulaciones, tendones, ligamentos o nervios, causando TME focalizados sobre todo en las extremidades superiores.
  3. Aplicación de fuerzas. El accionamiento de pedales, la pulsación de mandos en máquinas, el anudado de telas, el agarre de objetos o el manejo de herramientas son claros ejemplos de situaciones en las que interviene la aplicación de fuerza. Este factor de riesgo es especialmente relevante si se realiza de forma sostenida en el tiempo, ya que puede dar lugar a lesiones musculares acumulativas.
  4. Adopción de posturas forzadas. La flexión del tronco, las extensiones, desviaciones o giros de la muñeca, las abducciones de brazos y la bipedestación o sedestación prolongada son sólo algunas de las posturas que impiden que el cuerpo esté en posición natural de confort. 

Todos ellos se dan en un sinfín de situaciones cotidianas del sector textil como por ejemplo durante el uso de máquinas y herramientas manuales tales como remalladoras, tijeras, agujas y en tareas de inspección o que exigen precisión.

Tanto es así que la propia Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo sitúa al sector textil entre uno de los más expuestos a los riesgos provocados por movimientos repetitivos y posturas forzadas.

Recomendaciones para la prevención de riesgos ergonómicos en el sector textil con enfoque de edad y género

Para que una estrategia de prevención de riesgos ergonómicos sea efectiva, ésta debe considerar las diferencias individuales de los trabajadores, especialmente en términos de edad y género. 

Teniendo esto en mente, a continuación se presentan recomendaciones relevantes para combatir cada uno de los principales riesgos ergonómicos identificados.

 

1. Manipulación Manual de Cargas

Para disminuir el riesgo asociado a la MMC se recomienda:

  • Automatizar los procesos en la medida de lo posible.
  • Utilizar ayudas mecánicas que sustituyan la manipulación manual.
  • Asegurar que las cargas manipuladas no sobrepasen el límite de peso recomendado en condiciones óptimas (entre 25 y 15 kg como máximo) en función de la edad y el género.
  • Considerar las situaciones específicas que puedan modificar las condiciones individuales, por ejemplo, el embarazo en las mujeres.
  • Colocar las cargas y objetos pesados de forma óptima, esto es, en lugares lo más cercanos posibles y a una altura cómoda para su manipulación.

 

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2. Movimientos Repetitivos

En estos casos, la prevención pasa por disminuir al máximo el tiempo que una persona dedica a efectuar tareas repetitivas, así como su intensidad. Para ello, se recomienda:

  • Rediseñar los puestos mejorando las posturas o introduciendo nuevos equipos para reducir el número de repeticiones.
  • Sustituir las herramientas manuales por eléctricas o neumáticas que sigan criterios ergonómicos en términos de tamaño, peso, etc.
  • Instalar sistemas de manutención interna como cintas transportadoras o rampas por gravedad para ahorrar alcances y desplazamientos.  
  • Planificar rotaciones y cambios a tareas que no impliquen el uso de los mismos grupos musculares.
  • Establecer pausas periódicas cortas y frecuentes que posibiliten la recuperación.

3. Aplicación de Fuerzas

Para mitigar los efectos adversos de las tareas que implican el uso de fuerza se aconseja:

  • Evitar tareas que impliquen fuerzas intensas o reducir su duración al mínimo.
  • Emplear herramientas motorizadas en lugar de manuales y mantenerlas en buen estado.
  • Diseñar los puestos para permitir adoptar posturas que faciliten la aplicación de la fuerza.
  • Utilizar preferiblemente ambas manos al realizar movimientos para repartir la carga.

4. Posturas Forzadas

A continuación, se detallan recomendaciones enfocadas a disminuir el riesgo asociado a la adopción de posturas forzadas:

  • Ajustar la altura e inclinación del plano de trabajo a las tareas realizadas y a las dimensiones del trabajador.
  • Alternar posturas de pie y sentadas al realizar una misma tarea.
  • Evitar almacenamientos elevados.
  • Implementar descansos activos para evitar permanecer en postura sentada durante largos períodos.
  • Realizar ejercicios de calentamiento y estiramientos para fortalecer la musculatura.

Estas son sólo algunas de las recomendaciones propuestas, si quieres profundizar más te invitamos a revisar el folletoInformación y sensibilización de los riesgos ergonómicos en el sector textil en la Comunidad Valenciana incluyendo perspectiva de edad y género” publicado por la Generalitat Valenciana en colaboración con el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV).

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Análisis de las condiciones ergonómicas por puestos de trabajo en la industria textil

Adicionalmente a su colaboración en el informe anterior, el IBV ha publicado también un estudio exhaustivo en el que se analizan las condiciones ergonómicas en diversos puestos de trabajo dentro de la industria textil con el objetivo de identificar los principales factores de riesgo ergonómicos existentes y proponer recomendaciones para mitigarlos.

En concreto, se estudian algunos de los puestos más representativos de los cuatro principales sectores de actividad de la industria textil:

 

Hilatura

  • Apertura de balas y alimentación de maquinaria.
  • Cuartos de mezcla.
  • Atención de continuas y máquinas de hilatura. 
  • Empaquetado de bobinas.
  • Atención de máquinas de cordelería.

Tisaje

  • Repasado o inspección.
  • Enrolladoras-empaquetadoras.
  • Atención de máquinas de tejer o crochet.

Acabados

  • Arrastre/empuje de bancadas en “A” o carros bota.
  • Carga/descarga de armarios de tintura.
  • Atención de centrífugas.
  • Enrolladoras (II).

Confección

  • Corte de textiles para el hogar.
  • Planchado y vaporizado de prendas de punto para indumentaria.
  • Confección de textiles para el hogar y para indumentaria.

En resumen, la prevención de riesgos laborales en el sector textil es un proceso integral que requiere la colaboración entre empleadores, trabajadores, profesionales de la salud y seguridad en el trabajo, y diseñadores industriales. Implementar medidas preventivas basadas en la evaluación de riesgos, la formación de los trabajadores, la mejora continua de las condiciones de trabajo y el uso de tecnología y equipos ergonómicos son esenciales para proteger la salud y seguridad de los trabajadores en este sector.

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