Evaluación ergonómica con sensores IMU vs inteligencia artificial

La evolución de la tecnología ha transformado la manera en la que evaluamos los riesgos ergonómicos en el entorno laboral. Durante años, los sensores inerciales (IMU) han sido una herramienta de referencia para medir posturas y movimientos de forma precisa. Sin embargo, hoy contamos con soluciones más ágiles, accesibles y menos invasivas, gracias al avance de la inteligencia artificial.

En este artículo te contamos cómo funciona cada una de estas tecnologías y qué ventajas ofrece la inteligencia artificial aplicada a la ergonomía. Además profundizaremos en ergoIA, solución desarrollado por el IBV y compatible con el software de evaluación ergonómica Ergo/IBV.

¿Qué son los sensores IMU o sensores inerciales y cómo se usan en ergonomía?

Los sensores IMU (Inertial Measurement Units) son dispositivos que combinan acelerómetros y giróscopos para registrar el movimiento de un cuerpo en el espacio. En ergonomía, se colocan directamente sobre el cuerpo del trabajador para medir ángulos articulares, identificar posturas forzadas o detectar patrones de movimiento repetitivos.

Este tipo de tecnología ha permitido obtener información objetiva y cuantificable sobre cómo se realizan determinadas tareas, lo que facilita la evaluación del riesgo ergonómico. Gracias a ello, muchas empresas han podido justificar mejoras en el diseño de puestos o en la organización del trabajo.

Sensores IMU

Ventajas de los sensores IMU en análisis exhaustivos

Los sensores IMU ofrecen una precisión superior que los convierte en una herramienta esencial para análisis detallados y exhaustivos. Esta precisión se debe a su capacidad para medir con alta fidelidad tanto la aceleración lineal como la velocidad angular, lo que permite una reconstrucción precisa del movimiento y la orientación de un objeto en tres dimensiones.

Además, pueden operar sin necesidad de referencias externas, como señales GPS, haciendo posible su uso incluso en espacios cerrados o bajo tierra. Esta independencia garantiza que las mediciones sean consistentes y confiables.

La alta tasa de actualización, que puede alcanzar hasta 2000 Hz, permite una captura continua y en tiempo real de los movimientos, lo que es crucial para aplicaciones que requieren una respuesta inmediata y rigurosa a cambios rápidos en el entorno.

Estas características hacen que los sensores IMU sean especialmente valiosos en aplicaciones que demandan un alto nivel de exactitud, como la robótica avanzada y la captura de movimientos en entornos complejos.

Limitaciones del uso de sensores IMU

A pesar de sus beneficios, la instrumentación con sensores IMU también presenta una serie de limitaciones que es importante tener en cuenta:

  • Es una metodología invasiva: Requiere colocar sensores físicos sobre el cuerpo del trabajador, lo que puede resultar incómodo y alterar su forma habitual de moverse.
  • Necesita intervención técnica: Generalmente es necesario que una persona experta acuda al lugar de trabajo para colocar correctamente los sensores y configurar el sistema.
  • Puede interferir en el proceso productivo: La preparación y colocación de sensores puede requerir pausas en la actividad laboral o la planificación de sesiones específicas.
  • Implica costes logísticos: Además del coste de los equipos, hay que considerar el tiempo dedicado por parte del personal técnico y la formación necesaria para interpretar los resultados.

Estas barreras limitan la frecuencia con la que se pueden hacer evaluaciones y dificultan su implantación en empresas con pocos recursos o en entornos productivos donde es difícil interrumpir la producción.

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La inteligencia artificial: una nueva forma de evaluar la ergonomía

La inteligencia artificial (IA) está transformando la manera en la que se puede analizar el movimiento humano. Hoy en día, ya es posible realizar evaluaciones ergonómicas fiables a partir de vídeos grabados sin necesidad de colocar ningún sensor.

¿Cómo funciona? Basta con grabar al trabajador con un móvil mientras realiza su tarea habitual. Luego, simplemente se carga el video en nuestro software. A partir de este momento, los algoritmos de inteligencia artificial analizan automáticamente la postura en movimiento, identifican las posturas más lesivas y estiman el nivel de riesgo ergonómico de toda la actividad registrada, utilizando metodologías reconocidas como REBA, RULA u OWAS.

Sensores IMU

¿Qué ventajas tiene la IA frente a los sensores IMU?

La evaluación ergonómica basada en inteligencia artificial ofrece importantes beneficios para las empresas:

  • No requiere colocar sensores: El trabajador puede realizar su tarea con normalidad, sin necesidad de instrumentarse.
  • No interfiere en la producción: Basta con grabar un vídeo durante la actividad real de trabajo, sin interrumpir ni modificar el proceso.
  • Ahorra tiempo y recursos: No es necesario contar con personal técnico especializado en campo. La evaluación puede realizarse de forma remota, con un simple vídeo.
  • Evaluaciones rápidas y objetivas: El análisis es casi inmediato y libre de sesgos, lo que permite realizar seguimientos periódicos y detectar riesgos con agilidad.
  • Es accesible para más empresas: Tanto grandes organizaciones como pymes o empresas más pequeñas, pueden beneficiarse de esta tecnología, sin grandes inversiones en hardware.

En resumen, la inteligencia artificial permite evaluar el riesgo ergonómico de manera más rápida, cómoda y eficiente, eliminando muchas de las barreras tradicionales asociadas al uso de sensores físicos.

ergoIA: ergonomía avanzada con inteligencia artificial

Desde el Instituto de Biomecánica (IBV), hemos desarrollado ergoIA, una herramienta que forma parte de la plataforma Ergo/IBV, pensada para facilitar el análisis ergonómico de tareas laborales utilizando inteligencia artificial.

ergoIA permite subir vídeos grabados con una cámara convencional (incluso desde un móvil), analizar los movimientos del trabajador y obtener un informe automático con los niveles de riesgo detectados y recomendaciones prácticas. Todo el proceso se realiza de forma digital, sin necesidad de desplazamientos ni preparación previa del trabajador.

Con esta solución, damos respuesta a una necesidad creciente: poder evaluar tareas reales, en el propio entorno de trabajo, sin afectar a la producción ni requerir instrumentación especializada.

Sensores IMU

Conoce ergoIA en profundidad con la ayuda de este vídeo 

Casos de uso reales

ergoIA ya se está aplicando con éxito en múltiples sectores: automoción, logística, alimentación, industria, limpieza o mantenimiento, entre otros. Algunos ejemplos concretos incluyen:

  • Evaluación de operarios en líneas de producción.
  • Análisis de tareas de manipulación manual de cargas.
  • Estudio de posturas forzadas en puestos de difícil acceso.

La facilidad de uso y la rapidez con la que se obtienen los resultados hacen de ergoIA una herramienta ideal tanto para evaluaciones puntuales como para programas continuos de mejora ergonómica.

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Conclusión

Los sensores IMU han sido durante años una herramienta útil para la evaluación ergonómica, pero su uso implica ciertas limitaciones prácticas que dificultan su aplicación a gran escala. La inteligencia artificial, en cambio, abre una nueva etapa, más accesible, no invasiva y adaptada a las necesidades reales de las empresas.

ergoIA representa este nuevo enfoque: una herramienta basada en vídeo e IA, que simplifica el análisis de tareas y facilita la toma de decisiones para mejorar las condiciones laborales de forma eficaz.

Si estás buscando una forma rápida, cómoda y fiable de evaluar el riesgo ergonómico de tus trabajadores, es momento de dar el salto hacia la ergonomía inteligente.

¿Quieres saber más sobre cómo ergoIA puede ayudarte? Contacta con nosotros y descubre cómo aplicar la ergonomía avanzada en tu organización.